dijous, 18 de juny del 2020

Voces de la comunidad

Entrevista a Joan Domènech

-¿Qué es para vos Innovar en Educación?

En Catalunya tenemos la tradición de diferenciar entre innovación educativa y renovación pedagógica. La primera supone cambios técnicos, metodológicos, con el objetivo de favorecer los procesos de aprendizaje de la escuela. La segunda supone añadir el propósito o la finalidad. Lo importante no es la palabra sinó el significado que le damos. La innovación o la renovación es una necesidad que debemos abordar desde todos los puntos de vista para conseguir que la escuela reescriba su compromiso con la sociedad: el acceso universal al conocimiento, la contribución singular a la justicia y equidad social y la emancipación de todas las personas, sin ningún tipo de discriminación.

La educación, para que no pierda su naturaleza, debe poder desarrollar estos compromisos y, para ello, debe mantener su esencia, adaptándola a cada contexto social e histórico. Esta adaptación puede suponer cambios metodológicos (ahora sabemos como aprende mejor el alumnado), curriculares (necesitamos currículums más flexibles, menos prescriptivos y que puedan recoger las necesidades del alumnado) y organizativos (hay que empoderar al profesorado, a las comunidades educativas y a los centros en un contexto de autonomía e interdependencia)… 

Es evidente que esta innovación debe sacudir la escuela en general y la escuela pública en particular como motor del sistema educativo, para que pueda volver a plantearse los compromisos citados y recupere la confianza que la sociedad puso en ella, cuando se generalizaron las primeras reformas que planteaban el acceso universal a la educación. En el fondo hay que responder a la pregunta de si la escuela puede cambiar la sociedad. Una sociedad que precisa de un cambio profundo y urgente que se enfrente a los problemas estructurales: pobreza, violencia, falta de democracia, paro estructural, control tecnológico, destrucción del medioambiente y la biodiversidad, etc. 

Seguramente no puede hacerlo, y menos sola. Pero sin la escuela tampoco podemos plantearnos ningún cambio social profundo. Ahí está la contradicción esencial de la innovación. 


-¿Cuáles considerás que son las transformaciones educativas prioritarias y cuáles serían a mediano y largo plazo? (Detallar ideas concretas o referir experiencias de las que tengas conocimiento)

En cada situación concreta debe ser la propia comunidad educativa la que defina cuales son sus objetivos a corto, mediano y largo plazo. No puede haber soluciones concretas válidas urbi et orbi. 

Me atrevo a responder con carácter general y sin ánimo de no dogmatizar en una situación en la que los cambios tienen una naturaleza rápida e imprevisible en gran medida, y os propongo tres ideas: 

El impacto tecnológico está cambiando nuestras vidas y puede suponer una nueva y gran dificultad para la emancipación de las personas. El consumo de tecnología y el big data como fenómenos asociados puede favorecer la dependencia de las personas y su sometimiento a los intereses más corporativos de la sociedad. Por lo tanto, todo lo que refuerce y trabaje la autonomía personal, el trabajo cooperativo y comunitario, la autoregulación, el conocimiento de las propias debilidades y potencialidades, el pensamiento crítico y el análisis de los fenómenos sociales, entre otros aspectos, será positivo para la toma de conciencia de la humanidad frente a estos intereses corporativos. 

La crisis mediambiental, el impacto en la biodiversidad de nuestro sistema productivo y de consumo, pone en peligro el futuro de nuestra especie en el planeta. Por lo que las iniciativas de conocimiento del ecosistema y trabajo ecológico, el aprendizaje, la crítica y la propuesta hacia sectores productivos respetuosos con la naturaleza, de una nueva producción que disminuya el consumo energético y pueda suponer un freno a la degradación ambiental y al peligro de desaparición de la especie humana, son aspectos que deben formar parte del currículum común de la educación obligatoria. 

Finalmente, la idea de comunidad. La escuela es el lugar en el que se experimentan nuevas formas de comunidad, cooperación e implicación de y con la sociedad: el trabajo en equipo, colectivo, las experiencias de aprendizaje relacionadas con problemas de los entornos y contextos inmediatos (APS), el trabajo educativo comunitario (con las familias, con el entorno)… son factores procedimentales y organizativos básicos para pensar la escuela de mañana. 


-¿Qué importancia tienen las pedagogías alternativas y otras formas de educación? 

Hay un aspecto de insatisfacción permanente que debe conducir a la humanidad a plantear mejoras en su situación concreta. En educación, esta insatisfacción se basa en el carácter orgánico del proceso educativo, en el que nada puede darse por cerrado y programado de antemano: la imprevisibilidad, el riesgo, la flexibilidad son características del hecho educativo, que nos llevan a la necesidad de pensar la educación como algo en permanente cambio. 

La base de dicho cambio es el pensamiento que las comunidades educativas deben hacer para adaptar sus propósitos y finalidades emancipatorias a las nuevas condiciones y a la nuevas situaciones que la evolución constante de la sociedad, en todos sus elementos, le plantea. 

Debemos mantener la esencia, y plantear que las formas educativas no son eternas y deben adaptarse constantemente a nuestros propósitos. 


Si tuvieses la autoridad para modificar la normativa vigente ¿les darías reconocimiento? 

Naturalmente. Las administraciones son profundamente contradictorias: su ideología y su práctica depende en cada momento de las correlaciones de fuerzas económicas, políticas, sociales, culturales… Vivimos en una sociedad en que la presión de las grandes corporaciones es muy fuerte e intenta influir en el discurso educativo: privatización, educación para las élites, tecnologia como solución, subordinación del profesorado… y valores predominantes como el consumo, la superficialidad, la rapidez, el individualismo. Por todo ello, las clases populares que quieren mejorar su situación y luchan por su emancipación, deben ejercer también una gran presión por sus derechos. Ahí está la base que puede permitir el reconocimiento de nuevas prácticas y nuevos compromisos educativos y sociales. 


¿Cuál crees que sería la mayor resistencia?

Las resistencias las encontraremos en todos los sectores cuando se centran en sus objetivos partidistas y corporativos y no asumen un planteamiento global, democrático y por el bienestar de la humanidad. Las resistencias siempre tienen una base que es perder los privilegios propios. De ahí que hay que librar también una batalla ética por la educación y por el bienestar. No se trata solo de “mejorar la enseñanza”. 


-Un mensaje a la ciudadanía...

La ciudadania debe asumir su papel activo en relación con la educación. Debe comprender la esencialidad de la educación en un mundo en crisis. 
En la crisis pandémica actual hemos llegado a la conclusión que la sanidad y la sanidad pública, es importantísima y esencial para hacer frente a una situación de emergencia como la que hemos vivido. Pero de la misma manera que se ha llegado a esta conclusión en lo relativo a la salud no está tan claro que la escuela y el resto de las instituciones educativas, tenga a ojos de la sociedad y de la administración el mismo carácter. 

Por lo tanto, pienso que la ciudadanía debe hacer esta reflexión de forma urgente. Ante los problemas de la sociedad, la escuela debe fortalecer este carácter de esencialidad por diversas razones: 1. Es la única institución que acoge a todos y todas y puede desarrollar un curriculum común y básico de saberes y valores que refuercen la idea de ciudadanía y bienestar. 2. Es una institución que puede pensar una sociedad mejor y más equitativa y encaminar los aprendizajes hacia este propósito. 3. Es un laboratorio de experiencias constantes de humanidad porque contribuye a saber y comprender el conjunto del saber, artes y ciencias; y de democracia porque es el contexto adecuado para desarrollar iniciativas prácticas de ciudadanía. 4. Contribuye a la emancipación de las personas desarrollando su pensamiento crítico y su autonomía en un marco de cooperación e interdependencia. 5. Finalmente, puede hacerlo y lo puede hacer mejor que cualquier herramienta tecnológica, porque incorpora la presencialidad, la relación entre iguales, la socialización, como mejor método para aprender, saber y cooperar. 

La ciudadanía debe sentir y defender esta esencialidad para que las administraciones tengan que asumir que la inversión en educación es una inversión de futuro para sus pueblos y para la humanidad en su conjunto. 



Entrevista publicada al Butlletí El Salto, Boletín de innovación educativa, Salta, Argentina

dilluns, 15 de juny del 2020

L’educació és essencial? I l’educació pública?

Aquestes dues preguntes -i les possibles respostes- han estat objecte de debat en els darrers temps, en un moment en que la pandèmia remet, i tothom està pendent de la tornada a la normalitat. 

He vist que les respostes negatives van des de la visió tecnocràtica, representada per les dades que ho determinen tot (l’educació no és un servei de 24 hores, es pot substituir per unes bones eines informàtiques i una bona connexió, etc.), a la resposta emocional: por, manca de confiança... Arguments que es fan servir per frenar una tornada a l’escola en una situació que haurà de ser provisionalment anòmala. És veritat que la funció de guàrdia i custòdia i la conciliació laboral ha pressionat perquè es posin els recursos que siguin per obrir els centres educatius. Però, tot i així, sembla que els arguments encara són controvertits. 

La consideració d’essencialitat o no, no és una novetat. Abans de la crisi pandèmica, aquest debat ja hi era. No en els termes que s’ha produït ara, però si amb formes molt semblants. L’essencialitat la podíem llegir en els pressupostos en època de crisi, directament en les retallades, o en la llunyania d’aquell 6% tant utòpic, proclamat i reclamat des de fa tant de temps. Recordo que va ser Blair el que va fer la gran campanya d’Educació / Educació / Educació, després recopiada pel govern de Pasqual Maragall. Però ni un ni l’altre ho van traduir en un augment significatiu dels recursos destinats a l’escola que s’acostés al 6% somiat. I els pressupostos sempre són reflex de les posicions ideològiques i polítiques i, a la vegada, responen a les expectatives socials realment existents. He sentit molts cops també que això es tradueix a nivell familiar però, en aquest aspecte, em falten dades. Per exemple, saber el percentatge dels pressupostos familiars que es destinen a educació o a cultura. Segurament ens trobaríem amb sorpreses i semblances. 

Som, en certa mesura, el que ens donen, el que practiquem i el que som capaços de demanar. 

En un altre escrit publicat fa temps, feia referència al fet que l’essencialitat ens la determina també el perill o la sensació de perill que provoca una educació deficitària. Ho comparava a la salut: en aquest aspecte ens hi va la vida... La mala educació, estem convençuts que té impacte en la població, però la majoria de vegades és a mig o a llarg termini. Vet aquí el problema. 

Però ara estem trasbalsats. La pandèmia ens ha posat sobre la taula els problemes estructurals que té l’educació i hem vist com, en la situació provisional i transitòria, sense una vacuna que faci desaparèixer la sensació de perill imminent de contagi, necessitem recursos, molts més dels que tenim. Hem vist com els problemes de desigualtat tenen una base econòmica fonamental: encara que sigui només això, la bretxa digital -ordinadors, connexions, dades- és un fet inapel·lable. I, per altra banda, la necessitat de reduir els grups per prevenir contagis, porten a la necessitat de disminuir ratios i augmentar el professorat. Sí, no ens cansarem de dir que tot això ja era necessari abans, però ara ho tenim més clar, pels imperatius d’haver de tornar, potser, a fer tele-escola en un nou confinament, o mantenir un curs amb contagis mínims, abans que, potser en el termini d’un any es trobi una vacuna que neutralitzi l’epidèmia -i en aquest interval no tinguem cap més problema global a resoldre. 

Que consti que no sóc pessimista, però tampoc voldria ser il·lús. 

Doncs bé, fins i tot en aquesta situació que el Conseller Bargalló ha qualificat d’emergència educativa, patirem pels recursos. Tothom confia en els recursos europeus i ja veurem com entre els problemes de repartiment entre comunitats i la poca definició de les prioritats a cadascuna d’elles, no arribarem fins on seria desitjable. A més, qui dia passa, any empeny, i veiem com les notícies que ens arriben porten cada vegada més a la relaxació i a la desescalada, controlada, amb sentit comú i amb criteris bàsics d’higiene i prevenció. Potser no caldran tants recursos com ens pensàvem, ens comencen a dir. I ja sabem on acaben aquestes prediccions. 

Per tant, intueixo que l’essencialitat ens l’hem de guanyar. Ningú ens la regalarà. Tot el que aconseguim ara, serà difícil de mantenir en el futur. I, a més, no podem oblidar que estem en un sistema econòmic neoliberal que ha proclamat la no essencialitat dels serveis bàsics de l’estat del benestar i farà tot el que estigui a les seves mans, per desmantellar-lo i fer negoci de la part que realment consideri essencial: l’educació de l'elit que ens ha de seguir governant, deixant les escorrialles -educació on line, servei de guarderia- per l’educació de segona, la que mai arribarà a tenir tots els recursos necessaris per ser una institució de saber, justícia i emancipació social per a tota la població. Ho intentarà, perquè en situacions confuses sovint tenen una visió de l’oportunitat. De nosaltres depèn que ho aconsegueixi o no.

D’entrada, ens cal lliurar una batalla ideològica i hem de reflexionar i acordar els arguments que la sustenten. Intento contribuir-hi assenyalant cinc elements, sense cap ànim de donar la llista per acabada, que volen justificar el caràcter essencial de l’educació. 

1. L’educació es basa en institucions educatives -escoles formals i no formals- en les que tothom pot conviure sense discriminació de cap tipus. I conviure per aprendre coses en comú, aquelles que ens fan ciutadans d’un context local, a la vegada que ciutadans del món. Això no vol dir que no hi hagi desigualtats d’entrada, però es poden compensar fàcilment, si es vol, és clar.

2. L’escola, l’educació, pot imaginar una societat del futur en la que predomini el benestar de les persones. En la que es tendeixi a eliminar la pobresa, la violència, la desigualtat i predomini l’equitat i la justícia social. I pot orientar la seva capacitat i funció d’ensenyar cap a aquesta finalitat, pot traçar un itinerari d’aprenentatges que hi contribueixi de forma inequívoca.

3. L’escola, l’educació, pot ser un laboratori permanent de democràcia i humanitat. Humanitat perquè pot ajudar a saber i comprendre tota la producció humana en tots els camps, científic, artístic o cultural... Democràcia perquè té les dimensions i el context adequat per a que pugui ser un laboratori d’experiències educatives de ciutadania. Sense oblidar que aquesta visió democràtica i humana, pot desenvolupar-la amb un respecte a la naturalesa com a part del seu futur, i amb una voluntat de coexistència amb totes les formes de vida que conviuen en el nostre planeta.

4. L’escola, l’educació, pot treballar realment per a l’emancipació, personal i col·lectiva, de les persones. Perquè tothom pugui tenir els coneixements que li permetin compartir la seva vida amb la resta de persones al seu voltant. L’escola, l’educació en totes les seves formes, pot desenvolupar el sentit crític, la visió artística que transcendeix l’experiència quotidiana, els valors que ens fan sentir comunitat. I pot oferir tots els recursos necessaris, individuals i socials, per desenvolupar-nos i créixer com a persones i comprendre aquest món que ens ha tocat viure -i les seves pandèmies.

5. Finalment, l’escola, l’educació, és essencial també per les seves formes presencials. Perquè combina aprenentatge i socialització de la millor forma possible. No solament és important aquesta presencialitat per a la socialització, sinó perquè la comunitat que suposa una aula o una institució educativa, és una de les millors formes que tenim per aprendre i aprendre millor.

Això no vol dir que no pugui funcionar l’educació, de forma provisional, sense aquesta presencialitat, o amb distàncies de seguretat i de prevenció degudes a situacions d’emergència. Ho pot fer i ho ha de fer, i ha de saber convertir aquesta situació en una experiència de treball, de reflexió i de comprensió del món en el que vivim. Això vol dir per exemple que, en aquests moments, totes les institucions educatives del país tenim l’oportunitat de fer-nos la mateixa pregunta: què ens ha passat? i intentar comprendre la situació que hem viscut de forma global i donar-hi alguna resposta, encara que sigui provisional. .Volem una oportunitat millor? Perquè si, quan tornem, no conversem i aprenem sobre això, quin sentit té el currículum? I conversar i comprendre el què ens afecta com a humanitat és un argument a favor de l’escola i l’educació inapel·lable. 


I l’educació pública? Quin sentit té en aquesta essencialitat? Doncs, que està formada per institucions quepoden -per imperatiu social- i, per tant, han de donar resposta als cinc elements de forma interrelacionada i arribant a tota la població sense excepció, sobretot als sectors més pobres i desfavorits. No hi ha cap altre justificació. Desenvolupem-la i hi trobarem tots els sentits del món. 

Per acabar, deixeu-me fer dos matisos importants.

Primer. La iniciativa privada pot donar resposta a alguns d’aquests elements, però no té les condicions per fer-ho en tots els casos i sempre, i de forma interrelacionada. Pot atendre a algun element i ho fa. Pot ser que alguna escola es pugui considerar també com de caràcter públic -penso en el sector cooperatiu que encara subsisteix en alguns indrets, o d’altres iniciatives aïllades amb vocació de públiques- però mai ho podrà fer de forma global. Si ho fes, la privada esdevindria pública i s’acabaria la doble xarxa. I tant de bo, faci camí en aquesta direcció. Però, moltes vegades, els interessos econòmics o ideològics -en sentit oposat al que explicàvem- no ho fan possible. Avui necessitem camins que no segreguin i insisteixin en aquesta visió emancipadora i global de l’educació. 

Segon. L’educació pública, pot donar resposta a aquests elements. Ha de fer-ho, amb una visió adreçada a tota la població. L’educació pública té aquest caràcter comunitari, d’equitat i emancipació que la defineix. Però, malauradament, en l’actualitat encara no ho fa de forma generalitzada: necessita també reformes a fons per tal que pugui assumir aquest repte actual i de futur. Necessita la implicació i el compromís de tots els docents, les famílies i la societat en general. No només dels convençuts i els que hi aporten des de sempre, la seva voluntat transformadora. Necessita esbandir corporativismes que la converteixen en una institució burocràtica al servei només d’interessos individuals. Necessita, també, els recursos bàsics per a fer-ho. I la complicitat ineludible de la seva comunitat per aconseguir la seva opció transformadora. I avui, això encara és una finalitat a aconseguir.

No serà fàcil. No ho era abans. Potser ara som més conscients dels nostres dèficits, però tenim també la certesa de que res ens caurà del cel. 

Per això, ara més que mai, necessitaríem un pacte social per l’educació que sigui capaç de treballar unitàriament en aquesta direcció amb tots els matisos que calguin. No em considero cap il·luminat de tenir la solució de tot i, segurament, podem afegir arguments a la llista que m’he atrevit a proposar. 

Potser no un pacte consensuat amb tothom, però si amb la majoria que volem seguir considerant l’educació com un bé essencial per al futur de la humanitat. Un pacte de propostes que ens impliqui col·lectivament i que assenyali a cadascú la seva responsabilitat. 

Només canviarem les tendències dels polítics i les opinions socials majoritàries, si som capaços com a comunitat educativa de manifestar, reivindicar i practicar l’essencialitat del que tenim entre mans. Només així també, aconseguirem que l’educació la sentim essencial, de veritat. No de forma provisional, per intentar salvar els mobles en situació de desnonament. 

Com sempre, se’ns gira feina. Hem de ser capaços d’aprofitar les sinergies positives existents en aquests moments per encetar i ampliar amb tothom un camí més esperançat. Ens hi juguem, encara que no ho sembli aparentment, moltes opcions de futur com a societat. 


Publicat al Diari de l'Educació, 17 de juny de 2020

http://diarieducacio.cat/blogs/transformarleducacio/2020/06/16/leducacio-es-essencial-i-leducacio-publica/